Via de la Plata por medinabike: Puebla de Sanabria- A Gudiña

Sobre las 7 de la mañana nos pusimos a pedalear, era todavía de noche y encima era espantoso. A la salida del pueblo inflamos a mano un poco las ruedas, cosa que nos sirvió para calentar un poco. Había mucha niebla, así que íbamos tiritando. Se sale por carretera y se cruza por puente el Río Tera y el Río Castro, y a los pocos mts. nos metemos en un carril pedregoso cerca del río casi inhumano.

Más adelante volvemos a la carretera para soltarla al instante y volver a las cercanías del río, por un campo frondoso que no se veía el carril. Como los matojos estaban mojados por la rociada que les había caído, nos pusieron las alforjas y las piernas frías y heladas. Regresamos a la carretera para no hacer más de 300 mts. y pasamos a la parte más sangrante. No me creo que el camino original se dedique a hacer unas herraduras de un km. de distancia y en linea recta sea unos 100 mts.

Volvimos a la carretera y giramos más adelante hacia la derecha para subir por un carril a Terroso.

Cruzamos el pueblo y cuando nos encaminábamos a Requejo de Sanabria un hombre nos dijo que el camino era demasiado frondoso. Y así fue. Era una selva en subida que al coronar nos llevó por la misma selva a Requejo de Sanabria.

Desayunamos en un bar que estaba abierto: Café y magdalena. Hablando con Julián le dije: Mira tiene café, leche, golosinas, frutas, tabacos, licores, ... ¡es un bunker! Después de las risas subimos el Puerto del Padornelo por carretera ya que en el bar nos dijeron que estaba demasiado frondoso y no se podría pedalear. Fuimos subiendo con calma y se veía al lado izquierdo el camino original y no parecía tan frondoso.

Arriba esperé a Julián unos diez minutos y me asusté y cuando lo estaba llamando al móvil apareció cruzando el túnel llegando a la cima. Nos abrigamos para bajar. A los pocos mts. llegamos a Padornelo.

Seguimos bajando por la carretera y para llegar a Lubián pasamos al lado de Aciberos y llegamos al Río Pedro donde empezamos de nuevo a subir un poco para llegar a Hedroso. Seguimos bajando y llegamos a Lubián.

En el pueblo pensamos volver al camino. Se abandona por una carretera en bajada con una gran pendiente hasta el Río Tuela. Ya estamos en la Tuiza que es un santuario de estilo barroco del siglo XVIII.

Estamos en las postrimerías de la Canda y para calentar un fuerte subida que nada más coronar baja espectacularmente hasta el Arroyo de la Tuiza.

En mala hora decidimos subirla por el camino. Es una escalera de rocas de 3 km. que tardamos 1 h 25 min. Para empezar se sube una escalera que más tarde te deja pedalear un poco.

Pero otros tramos la dureza es exagerada para arrastrar un global de unos 30 Kg. de peso.

Y ya no solo el peso sino que en algún tramo sólo es para echarte a llorar.

Se vuelve a pedalear unos escasos mts. y entre tramos de pedaleo y de empujar hay parajes preciosos.

La parte final es de lo más duro que yo halla hecho en mi vida, y encima no parecía llegar el final.

Ya arriba en la frontera de Castilla y León con Galicia, la rodilla me iba a explotar. Me tumbé y me puse un vendaje durante un tiempo haber si me recuperaba y me comí un paquete de pistachos en un santiamén que no cura pero quita el hambre.

Bajamos por carretera a Vilavella.

Cruzamos el pueblo y volvimos al camino que al principio es un tramo en bajada con agua como si fuese bajando por un río y despues subimos entre matorrales, piedras y agua del Río Abredo o Do Pereiro. La rodilla dijo basta. Al llegar a O Pereiro cogimos la carretera hacia A Gudiña. Primero subimos una rampa que se me hizo durísima hacia O Pereiro Novo y ya la carretera aunque tenía subidas eran menos fuertes. Así y todo llegamos a O Canizo donde coronamos el Puerto con el mismo nombre. Bajada muy rápida y llegada a meta. Comimos en una bar y fuimos al albergue que es muy recomendable quedarse en él. Julián fue a por hielo y después de la ducha me vendé la rodilla con hielo. Por la tarde dimos un ligero paseo por el pueblo donde cenamos y a la cama.