Como estos últimos días salimos los últimos del albergue. Desayunamos en un bar café y magdalenas. Salimos bajando hacia la Playa fluvial del Río Arnoia.
Nada más cruzar el puente subimos por un carril con un poco de piedra que nos llevó a la carretera. Fueron unos km. que alternamos carril y carretera hasta llegar a pueblos como Outorelo, A Pousa, donde empezamos ya a perder altura en una bajada continua excepto algún repecho.
La bajada no para y el cruzar pueblos tampoco: A Chouzana, Gaspar, A Beirada, Ousende, Penelas, A Venda do Río, Pereiras, A Castellana y A Eirexa en donde empezamos posiblemente la zona más fea de todo el camino. Nos metemos en un Polígono Industrial que con el día tan gris que nos hace nos muestra una fealdad, sobretodo comparado con la belleza de los días anteriores. Al pasar el P.I. llegamos a Reboredo donde en un supermercado comemos algún dulce y nos hacemos alguna foto.
Abandonamos por un instante la carretera y el camino nos lleva hacia Seixalbo, pero antes hay que cruzar la vía del tren y una carretera un poco peligrosa.
En el pueblo nos entretuvimos un poco viéndolo ya que las edificaciones y monumentos nos gustaron bastante.
Seguimos bajando y llegamos por fin a Orense por un camino cerca del Río Barbaña. Las conchas en las aceras no marcan el camino.
Orense como toda gran ciudad guarda lo más bello en su interior, en el centro. Magnífica Catedral y casco histórico.
Cruzamos Orense y su Río Miño, último gran río que nos quedaba por pasar, por el Ponte Vello donde se visualiza uno más moderno con forma de "M" de Miño.
Continuamos en subida por sus calles que las estaban asfaltando, y entre la calor húmeda de la zona y el calor que desprende el alquitrán no era agradable. Llegamos a un supermercado y cogimos comida para más tarde y nos comimos unas frutas antes de empezar la famosa y temida subida. Tanto nos habían asustado los peregrinos en el camino que es dura de verdad pero todavía la esperábamos peor. Cogimos dirección Cudeiro.
La primera parte se hace por calles empedradas a modo de Calzada medieval o de grandes lozas de piedras, para cambiar después de no pocos repechos a alquitrán que ayuda un poco y te hace recuperar un poco del esfuerzo que estamos haciendo. Para rematar la faena al final el camino pasa a ser de tierra con gravilla suelta que te obliga a tirar de riñones ya que levantarte sobre el manillar te hace no traccionar de atrás. Arriba llegas con la camiseta empapada y cuando bajas la cabeza por el esfuerzo se caía sudor como si me hubiera tirado una botella por lo alto. Al ratito llegó Julián y seguimos subiendo pero el desnivel baja tanto que parece que llaneas. De repente nos paramos y nos damos la vuelta y vemos Orense en un valle con montañas a los lados. Una imagen de fotografía de revista. Otra imagen más para la retina.
Pasamos Sartédigos y el camino parece que acaba de subir. El camino pasa por zonas frondosas en las que con poca lluvia no te mojas y es que en esta zona nos lloviznó pero no nos mojamos.
Pasamos O Barral y Bouzas donde comimos en una mesa con dos grandes árboles que no nos resguardaron del sol por que no había.
El camino es en ligera bajada hasta cerca de Faramontaos, que se empina la carretera para dar paso a un carril. Hasta Viduedo es por una cuesta de carril estrecho y piedras grandes que anima a empujar la bici. Ahora vamos a A Casanova por un pedriscal como los de Zamora y al llegar al pueblo solo faltan dos km. para Cea.
Estos dos km. se hacen rápidos por el terreno y por la alta posibilidad de que nos diluvie. Nos duchamos y lavamos la ropa. Después llegaron los catalanes que empezaron en Mérida y que llegaron chorreando. Cuando escampó un poco fuimos a por la cena. De vuelta al albergue nos cambiamos de ropa ya que nos caló. Un rato de charla con los catalanes después de cenar y a dormir.
Datos de la etapa:
Distancia: 45.92 km
Distancia con pérdidas: 46.62 km
Ascensión acumulada: 1195 mts
Descenso acumulado: 1171 mts
Pendiente max.: 19.80 %
Duración: 7:03:46
Tiempo en mov.: 3:53:15
1 comentario:
Junto a esos dos arboles, comimos un bocata. Le echamos, mejor dicho, le eche a un perrito hambriento algo de fiambre, me quede con la duda de por que Jose Antonio no le quiso dar nada al perrito, con lo bueno que era (el perrito, claro). A, en Cea compre un pan de campeonato, pero a Jose Antonio no le gustaba, total que el medio kilo me lo comi yo solo.
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